A Impresionante vista Matterhorn
B Piscina interior-exterior
C Desayuno variado

A Wi-Fi lento

El spa del hotel es impresionante y muy relajante.

La atención del personal fue muy decepcionante. Escanearon mi tarjeta de crédito sin previo aviso y no recibí una explicación adecuada. Además, la limpieza de la habitación dejó mucho que desear, encontré manchas en el suelo desde que llegué y no las limpiaron en mis tres días de estancia.

Reseña exprés para los que van con prisa

Disfruté la vista impresionante y la piscina, pero la atención al cliente fue inconsistente. Hay poco confort por la falta de comunicación sobre las reglas del hotel y los altos cargos por servicios adicionales. También, el Wi-Fi mostró fallos en la conexión, dificultando mi trabajo.

Increíbles vistas y spa genial

La habitación era super cómoda y las vistas al Matterhorn eran impresionantes. El desayuno tenía de todo y hasta pedí algún menú especial. Pasamos horas en el spa, ¡la piscina interior conectada al exterior es un sueño! Aunque el Wi-Fi podría ser mejor, la pasamos genial explorando la zona y relajándonos en el hotel.

Vista impresionante del Matterhorn.

La ubicación es estupenda, muy cercana a la estación de tren, lo que facilita el acceso a todo lo que la zona tiene para ofrecer. Además, el personal fue muy amable y siempre estuvo dispuesto a responder nuestras preguntas sobre actividades turísticas.

Sin embargo, el servicio de recepción dejó un poco que desear en ocasiones, ya que la atención podía ser un poco inconsistente.

Los cruasanes recién horneados en el desayuno son de otro mundo! te recomiendo el spa. la piscina interior que se conecta al exterior es simplemente increíble para relajarse después de un largo día. Además, el servicio fue genial, con un personal amable que se esforzó por hacer nuestra estancia placentera.

Aunque todo brilló, la limpieza no fue del todo buena, ya que noté un par de manchas en el suelo que nunca limpiaron. Y el Wi-Fi. ¡vaya que no era el más rápido! Pero, a pesar de esos detalles, realmente disfruté de mi estancia.

La atención en recepción fue excelente. El wifi lento y la habitación pequeña.

La vista era espectacular, pero la limpieza en la habitación fue deficiente.

Mi experiencia en el Alpenhotel Fleurs fue increíble. La habitación tenía una vista impresionante del Matterhorn y el trato en recepción fue de primera, especialmente con un chico que nos hizo sentir como en casa. El desayuno era variado y de calidad, perfecto para comenzar el día. Sin duda, volveré.

La ubicación es perfecta, muy cerca de la estación de tren y con acceso rápido a supermercados. La habitación era amplia y muy cómoda, con detalles de bienvenida agradables y un gran baño. El spa es un plus, especialmente la piscina interior conectada al exterior, que ofrece una experiencia fantástica. El desayuno incluía una variedad de platos de inspiración mundial, lo cual fue un gran acierto. Sin embargo, el servicio del personal no fue siempre el mejor y la atención podía mejorar en algunos aspectos.

Pasé un tiempo genial con amigos aquí. Disfrutamos del acceso directo a las pistas de esquí. La piscina exterior fue un gran punto para relajarnos después de un largo día. hay un club de salud que nos encantó. Perfecto para quienes buscan diversión y descanso en la montaña.

Aunque la experiencia fue buena, el Wi-Fi era bastante lento, lo que complicó un poco mantenernos conectados.

buen hotel con detalles a mejorar

Las habitaciones son amplias y ofrecen una vista impresionante del Matterhorn, lo que hizo que nuestra estancia fuera muy especial. El desayuno tenía una variedad excelente de productos frescos y sabrosos que nos prepararon para un día activo en la montaña. Además, la piscina interior conectada con el exterior es perfecta para relajarse después de esquiar.

Sin embargo, el Wi-Fi no cumplió con nuestras expectativas y fue bastante lento, lo que dificultó nuestra conexión en ciertos momentos.

Todo perfecto, la ubicación es tranquila y las habitaciones están decoradas con una belleza sofisticada. El bar tiene buena onda y la zona de bienestar es divina.

El Wi-Fi fue más lento que un caracol con jet lag.

Despertar y ver el Matterhorn al otro lado de la ventana fue como si ganara la lotería de las vistas. El desayuno era un festín, cruasanes recién horneados, zumos orgánicos y una variedad que cualquier chef envidiaría. Pero lo mejor fue la piscina interior conectada al exterior, tan relajante que uno podría pensar que estaba en un spa de lujo en vez de un hotel.

Wi-Fi inestable